(ROL) El espectro II: Encontronazo

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(ROL) El espectro II: Encontronazo

Notapor Natalie el 30 Dic 2008 01:45

Encontronazo
Fecha: 28/12/08
Parcitipan: Tuxedo, Leonidas, Natalie

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La prueba del Kotram, para variar, había sido un juego de niños. El bicho de algodón ya estaba tan acostumbrado a ver pasar algunas caras, ya ni siquiera intento fingir sorpresa al verla a ella y a los dos DarkAngel acercarse con lo que exigía para pasar, por lo que apretaron el paso.

-Eso no es necesario...

El hedor de aquella calle llena de obesos estampados contra el suelo ahogándose en comida le aturdía de sobremanera, embotándole los sentidos. Quería pasar rápido, y el hecho de que el maiar con un ligero aire propio de los enanos se detuviera a matar a cada cosa que se le cruzaba, no ayudaba a ello.

El segundo maiar, con las clásicas y estilizadas facciones elficas enseguida protesto:

-Que tiene de malo? Solo los registra a ver si tienen algo de lo que se busca

-Seguro Tux, van a intentar pelear con camisones manchados de comida? O van a usar la tela con olor a vomito?- La draconiana observo a Leonidas despojar rápidamente al cuerpo de oro- Esta maldita ciudad de locos no me agrada.

- A mi si, nunca has pasado por donde hay elfas desnudas?- esto provoco risas por parte de ambos hombres, Natalie por su parte hizo un gesto de fastidio- no me hagas hablar, ya sigamos

-Uuuuu que dura! Relájate un poco y tenle mas respeto a Leo, que es de la línea de sangre del rey- Tuxedo sonrió socarronamente mirando a la draconiana mientras le seguía el paso

Andando un poco, ahora estaban en el caos mismo, gente golpeándose y arrojando objetos entre si. Incluso algunos de los lunáticos intentaban atinarles a ellos, pero al instante el maiar, que esperaba la mínima provocación de su parte les envolvía con los letales látigos, el fuego magico consumía rápidamente a la victima.

La draconiana por su parte se encontraba en un estado de tensión, pero no entendía porque. La parte dragona de si misma actuara por si misma: los músculos se tensaban, la vista se afinaba y el olfato agudizaba notoriamente, sus propios latidos le retumbaban en la cabeza.

- Ahmm...no recuerdo que se arco estuviera ahí, parece que da a otro lado- Leonidas indico una senda que se apartaba de la caótica calle. Y en efecto tampoco le resultaba conocida.

-Una torre... mira esas estatuas de dragones mas adelante, si hasta parecieran reales- Observo Tuxedo.

La draconiana puso un pie en la torre y todo paso muy rápido. Las "estatuas" le propinaron un buen zarpazo, tirandole con brusquedad al suelo con un desgarrón en el torso. Este estaba forrado de hojas con garabatos que no pretendía entender en ese mismo instante, debatiéndose por recuperarse del golpe.

Sus acompañantes por suerte, al acto entraron en apoyo, repartiéndose un dragón para cada uno, aunque parecían tener graves problemas para contenerlos. Un grito de dolor escapo de la garganta, de repente la vieja marca negra, que creía inservible había empezado a pulsar con palpitante dolor.

-Que te pasa? No fue tan grave el golpe, levántate que necesito una mano!

No había tiempo de explicar nada con ese par de dragones pétreos, por lo cual la draconiana como pudo empuño las dagas, mientras la hondonada de conjuros, latigazos y tajos de los maiar que le acompañaban iban rompiendo la piedra de sus cuerpos. La daga se enterraba con increíble prescisión entre las grietas, separándolas mas entre si.

Las heridas y quemaduras por el aliento de estos peculiares dragones fueron varias, pero recién pudieron tener un respiro cuando ambos dragones se encontraban en pedazos por el suelo.

-Que bestias, eran muy fuertes- Tanto el sicario como el otro maiar guardaron silencio, dedicándose a curar las heridas de grupo con su magia

Haciendo caso omiso al pulsante dolor de la muñeca, Natalie centro su atención en una de las hojas que en medio del combate se le había pegado a la bota. Quedo incrédula al leer las palabras "Oscuridad Mentirosa" en ella. Instintivamente doblo la hoja y la guardo en un pliegue de la ropa y se puso a registrar las demás, pero todas estaban escritas en lenguajes incomprensibles, salvo la que tenia.

En ese instante, una voz extraña, espectral pero...conocida??? lleno la habitación...

-Natalie, acércate puedo oler tu sangre, aun recuerdas mi mano en tu piel?
Y una estridente risa de diversión macabra ante el espectáculo montado se escucho

Los dos maiar se levantaron de golpe, buscando al que había pronunciado esas palabras.

-Drakenhar?- La draconiana había quedado petrificada mientas se frotaba la muñeca y pronuncio la pregunta, que no tuvo respuesta. Un siniestro silencio se apodero del recinto.

-Quien es ese que llamas? Venias con alguien mas y no dijiste nada?- Pregunto desconfiado uno de los maiar

-No es mi...amigo- La Semi-Dragona no encontraba palabras para explicar

-Ah, entonces vamos arriba a ponerlo a dormir- y antes de que pudiera detenerlos, ambos DarkAngel subieron escaleras arriba de la torre. Aunque elevo la voz diciéndoles que esperaran, no tuvo mas remedio que seguirles, tensión, sorpresa y adrenalina y algo de temor le llevaban los sentidos, dejándole actuar casi por instinto.

Cuando llego escaleras arriba, hasta la cima de la torre, la espectral figura de Nathan le recibió con una sonrisa, mientras con un gesto de su mano hacia que uno de los maiar se moviera a su disposición, tirando sus armas al piso.


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Esta escena pertenece a Unión de dos ciudades. Puedes ver el índice en el enlace.
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Natalie
 
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