(ROL) Ante la prohibición de escribir ...

[Nanin]

Ante la prohibición de escribir...
Intervienen: Un anciano
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Grande fue el revuelo que se formó cuando el pregonero anunció que, por orden del Emperador, quedaba prohibida la publicación de cualquier documento en la Biblioteca de Belthalas.

La noticia corrió de boca en boca hasta que llegó a unos oídos que no daban crédito a lo que escuchaban. Apretándose el brazo con la mano fue notando como la ira se apoderaba de él, tenía que leer ese escrito que había causado que los estantes de la biblioteca dejaran de recibir los libros que él tanto amaba y que de una u otra forma, había ayudado a crear o le habían inspirado para sus siguientes narraciones.

"Mucho se ha hablado de la anexión de las principales ciudades de Calimhar.
New Darkhaven poco a poco se está viendo absorbida por la capital del reino,
Belthalas.

Las zonas residenciales de la ciudad imperial están creciendo a un ritmo muy
elevado, de esta forma se le está ganando terreno a los bosques colindantes
de una manera alarmante. El Refugio Destruido, territorio de los gnomos, se
está viendo poco a poco envuelto entre las diseminadas casas que se han
construido alrededor del Gran Estadio. Dicha población que aumenta cada día
pagan un buen tributo al soberano de la ciudad, lo cual parece ser, ayuda a
que todo crezca mucho más rápido. Todo parece indicar, y más ahora con la
presencia de los guardias de Belthalas en Darkhaven, que pronto el emperador,
que reside en la ciudad, disfrutara de muchos más súbditos que le rendirán
pleitesía y aumentaran sus arcas, las de la ciudad.

Emiander, Escriba Imperial."

Así que era eso, el ego del emperador había sido tocado por lo que parece ser uno de los escribas que trabajan, o casi seguramente, trabajaban para él.

Algo de razón debía tener todo esto para que una simple narración de alguien de prestigio, pues Emiander era reconocido por su labor en recopilar la mayoría de las leyendas de Calimhar, hubiera causado tan terribles circustancias.

'Los escritos deben continuar como sea', murmuro el anciano para sí. 'Hay muchos puntos de vista que la gente no conoce, hay muchos cabos sueltos que sin información nadie podrá unir. Es hora de empezar a escribir, aunque sea de un modo clandestino.'

El anciano se encamino a comprar papel y tinta para lo que él sabía podría ser su último trabajo.

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