"Belthalas - Una ciudad, un Imperio"

[Ainur]

Belthalas: una ciudad, un Imperio

Guía práctica para el ciudadano de a pie

Prefacio

Este libro se publica en Belthalas el año 724 de la tercera edad por la Biblioteca Imperial con el objetivo de ser una guía de referencia rápida para todo aquel ciudadano que desee aprender algo más sobre la historia del Imperio. Es un documento simple que no pretende ser una gran recopilación de todos los eventos pasados; tan sólo pretende informar al ciudadano de forma amena e interesante y utilizando con un lenguaje llanero.

Antes de empezar con la historia propiamente dicha, hace falta explicar brevemente el paso del tiempo. Seguidamente, se incluye una corta historia del mundo de Balzhur en general, y no especifica de Belthalas.

Acerca del paso del tiempo y las eras en Balzhur

Comenzaremos con una explicación de cómo se mide el tiempo.

Lo primero que hay que destacar es que el tiempo se divide en edades o eras. Ahora bien, cada edad tiene una duración indeterminada, ya que cada cambio de edad viene marcado por un evento extremadamente relevante. Esos cambios son obra de los dioses y tienen lugar cuando se ajusta a sus divinos planes. En consecuencia, una edad puede llegar a durar milenios y otra sólo siglos.

Un milenio son cien siglos, un siglo son cien años, un año son veinticinco meses, un mes son cinco semanas de cinco días cada una (es decir, un mes son veinticinco días), un día son veinticinco horas, una hora son cien minutos y un minuto son veinticinco segundos. Los segundos son la unidad de medida del tiempo más pequeña. Un segundo dura tanto como un respiro.

Un día también representa un ciclo de la luna, y se puede usar ese término (aunque no lo usaremos en esta publicación), para hablar de la duración de los meses o las semanas. Por ejemplo, cinco lunas es una semana, y veinticinco lunas son un mes.

Breve resumen de las edades de Balzhur

La primera edad

El trabajo de investigación de la Biblioteca Imperial empieza en el momento de la reconstrucción de Darkhaven, que sería llamada New Darkhaven. Si bien no es el inicio de los tiempos, es el primer evento de lo que se tiene constancia escrita, y es a partir de las fuentes físicas que se realiza este estudio, y sería absurdo especular sobre eventos anteriores. Por eso, para nuestra cronología, la primera edad empieza en ese momento.

La primera edad es una era de construcción de múltiples reinos. Por un lado tenemos al ya mentado reino de New Darkhaven, aliado con otros reinos emergentes, Gothiamir y Dhusebark. Sin embargo, durante la primera edad existían muchos feudos particulares (algunos de los cuales aún perviven) no anexionados a esta alianza.

Encontramos registros de numerosa actividad orca y goblinoide, y otros tipos de monstruos y engendros pululando por las tierras no anexionadas a la alianza de los tres reinos.

La primera edad fue una larga y oscura época, en el sentido que, fuese cual fuese la catástrofe que llevó a la destrucción de Darkhaven y la desolación de un gran número de tierras, también probablemente conllevó la partida o destrucción (no se sabe mucho de eso) de los dioses, o de algunos de los dioses, o la reducción de parte de su poder, ya que durante la primera edad, los dioses estaban volviendo lentamente a ponerse en contacto con los mortales, y viceversa.

Y es por eso que fue larga, duró casi dos milenios. Fue en ese contexto, hacia el final de la primera edad, que encontramos las primeras referencias a un asentamiento humano en la zona donde ahora se alza Belthalas. En aquel momento era un simple pueblo de pescadores y no se tiene mucha información.

Hacia el año 2893, a raíz de una antigua profecía, la tierra se quebró y vomitó llamas y azufre, los cielos se volvieron negros y las tierras se volvieron turbulentas, durante un tiempo el viento sopló con fuerza y azotó campos y bosques, el caos reino en Balzhur y la tierra se volvió yerma y estéril.

Fue entonces cuando dioses y inmortales se reunieron, salvaron todo lo que pudieron y observaron asombrados como el mundo había cambiado, y el gran continente se había dividido, nuevas y exóticas tierras habían aparecido en lugares remotos del océano. Y le dieron forma y vida a Balzhur otra vez, y devolvieron la paz y la calma.

Pronto fueron evidentes las consequencias inmediatas del cataclismo. Por gracia divina, o un capricho del destino, el viejo continente se había dividido en tres grandes masas de tierra que sus habitantes gustaron de llamar Calimhar, Earand y Valmorag. Tierras de menor tamaño también flotaban por encima del nivel del mar, pero no todas son descubiertas...

Calimhar

Darkhaven se convirtió rápidamente en la ciudad principal del continente, ya que los viejos conjuros de regreso seguían funcionando hacia su plaza. Al contrario que en los otros dos, los gobernantes no se decantaron hacia tendencias crueles ni especialmente bondadosas.

Earand

Gothiamir, antigua capital del autoproclamado reino del bien observó con rapidez los beneficios que podía obtener si se anexionaba las tierras colindantes de Earand. Curiosamente, el conjuro de regreso devolvía al conjurador a Gothiamir.

Valmorag

Tal y como sucedió en Gothiamir, Dhusebark y sus tiránicos líderes también contemplaron suculentas ganancias al alcance de sus manos ahora que se habían quedado a sus anchas en un contienente solo para ellos.

Niruk

Una tierra inhóspita en la que tuvieron lugar sangrientos eventos que son más fáciles de comprender si se estudian en la propia biblioteca de Niruk.

El auge de Belthalas

Tras el cataclismo y la división territorial que suposo, la pequeña ciudad costera comercial llamada Belthalas, adquirió más importancia. Al no tener acceso al mar la capital de jure, Darkhaven, perdió importancia comercial que aprovechó Belthalas que en temas mercantiles pasaría a ser la capital de facto.

A la luz de todo esto, Lord Jan Belchak, miembro de la asamblea de la ciudad, consigue el beneplácito de esta para utilizar las tropas en esos tiempos turbulentos y aprovechar la confusión para anexionar a la ciudad tierras y pequeños feudos.

La asamblea de la ciudad era un grupo de personas, ricas y poderosas, que la controlaban desde la muerte de un rey sin descendencia siglos atrás (no se tiene constancia de la fecha concreta). Por supuesto, los miembros tenían que tener algún tipo de recurso útil: dinero, poder, tropas... Siempre se componía de un religioso, un mago, un militar (antes del cataclismo solo se trataba del líder de mercenarios que protegían a los mercaderes, pero el cargo evolucionó a medida que creció la ciudad) y un comerciante. Los miembros de la asamblea recibían el título de Lord.

El genio y táctica militar de Lord Jan facilitaron una rápida conquista de muchas tierras, y otras fueron conquistadas con palabras gracias a la eleocuencia de Lord Felwin Salaiah, el mago de la asamblea.

Considerando Darkhaven y las tierras colindantes más fáciles de conquistar (y teniendo en cuenta que comercialmente ya estaba subyugada) al estar habitadas por orcos y criaturas inferiores. Lord Jan utilizó la extensa flota belthaliana para invadir Earand y luego se trasladó a Valmorag. Pero durante la invasión de este, los orcos que se habían empezado a agrupar al suroeste de Darkhaven aprovecharon para atacar Belthalas. Muchos murieron en la primera batalla, ya que casi no quedaban tropas en la ciudad, y la parte exterior de la ciudad fue completamente arrasada. Cuando mágicamente recibió la noticia Lord Jan, se dirigió inmediatamente allí para defenderla y no pudo terminar la invasión de Valmorag ni la de Calimhar.

Tras las batallas, la asamblea decidió que lo mejor era afianzar la posición. Lord Jan Belchak fue investido el primer emperador e introdujo algunos cambios en la asamblea de la ciudad para sus planes para el futuro. No estaría limitada a cuatro miembros, aunque seguiría unas líneas generales de ser reducida y de que en ella se representasen distintos ámbitos como se llevaba haciendo hasta entonces. El título de Lord dejó de ser exclusivo de los miembros de la asamblea.

Tras la investidura de Lord Jan Belchak, la historia es demasiado reciente para ser comprimida en este documento y se encuentra en otros volúmenes disponibles en la biblioteca. De todos modos, el cambio a la tercera era no afecta demasiado a la prosperidad de Belthalas.

Aquí concluye este libro cuyos autores esperan haya sido instructivo para los ciudadanos del Imperio que hayan decidido leerlo.