(ROL) Los planes previos

[Daewen]

Los planes Previos
03.06.86
Intervienen: Dos habitantes de Belthalas...
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I.

-Todo ha de estar listo para que se ejecute nada mas sea pronunciado por el Emperador…- dice uno de los hombres más importantes del ejército Imperial mientras recalca sus palabras señalando ciertos puntos sobre un mapa de Belthalas.

Su imponente estatura y su estricto comportamiento, le dieron a este hombre la merecida fama de implacable y autoritario. Ahora, viéndose encumbrado tras años de continuo esfuerzo, contempla con satisfacción a quien será su sucesor en un futuro. Sin duda estaba orgullo del hijo que había hecho a su imagen y semejanza, desechando al suyo propio.
Libre de todo vínculo afectivo, ese joven soldado fue adoptado hacía ya cinco años por uno de los más respetables generales que había conocido Belthalas. Ahora, al otro lado de la mesa del despacho era sin duda una copia más joven del general.

-Nada, insisto nada ha de interponerse…

II.

Escondido entre las sombras, aquel fue rechazo por su padre hacía tanto, escucha los murmullos que proceden del despacho.
Es consciente de que las palabras del viejo militar no dicen mucho, pero el es su hijo, sabe bien lo que esconden.

III.

La noche cubre la ciudad y sólo los pasos de los guardias resuenan en las calles.
Un murmullo casi imperceptible procede de uno de los rincones de las calles ricas de la zona.
-¿Estás seguro de que no te vieron?- inquiere por décima vez la maga.
-Si…tranquila, sé cuidarme bien. Mi padre…
Antes de que el joven pueda terminar la frase, la elfa coloca un dedo sobre los labios rogándole silencio y murmura unas palabras que embotan los oídos de los guardias más cercanos.
Ambos saben bien, que aunque aquello no parezca mas que una reunión de amantes, si alguien descubre la valiosa información que él le da, estarían en graves problemas.
-El ejército ha tomado ya una postura. Sabes bien lo significa.- la urge el joven.
-Bien…mi maestro ha de saberlo…Y con roce apenas perceptible en la mejilla, la maga se pierde entre las sombras de la laberíntica ciudad.

IV.

-…y eso es todo, maestro.

El viejo mago observa con detenimiento desde la alta torre de magia la ciudad que se extiende a sus pies.

-Tranquila, retírate.- ordenó con serenidad el anciano. Había tomado una decisión al momento de oír la información. No consentiría que nadie hiciese de menos las opiniones de la comunidad de magos.

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