(ROL) La invitación del Capitán Leidan de Kren

[Alda]

LA INVITACION DEL CAPITAN LEIDAN DE KREN


PJ's: Gilgamesh, Angeldust, Duryan y Alda
PNJ's: Leidan de Kren (llevado por Jeraen)
Fecha: 5 de enero de 2007
Introducción: Tras la nota recibida por Alda en Kedrova, una pequeña comisión de insurrectos en conducida a la presencia del capitán de la Guardia Imperial, Leidan de Kren. El capitán, tras obligarles a dejar atrás a la escolta de Lobos Guardianes que les acompañaba, invita a la comisión a un pequeño viaje.


El carruaje paró justo frente a las murallas de la fortificación donde el Emperador residía. Los guardias vigilaban la entrada con sus estandartes imperiales ondeando al viento. Con un leve gesto de la mano del capitán Leidan de Kren, el gran portón central fue abriéndose lentamente.

Tras las murallas de a fortificación, el amplio patio interior se encontraba en plena ebullición. Lo sirvientes del Emperador intentaban no cruzarse en el camino de ninguno de sus hombres mientras el continuo sonido del choque del metal y varios gritos con voces autoritarias indicaban que la academia no se encontraba lejos de ahí.

El carruaje cruzó el patioy paró lentamente cerca de la entrada al edificio principal. El capitán Leidan abrió la puerta y bajó en primer lugar, invitando cortésmente a sus invitados a hacer lo mismo y acompañarle a su interior. Varios guardias imperiales ‘escoltaban’ al grupo.

- Desde el asalto a la fortaleza de Taman las fuerzas del imperio se han concentrado aquí – dijo mientras comenzaba a subir la pequeña escalinata hacia la entrada.

- Ni que lo jure...- Angeldust observaba boquiabierta la actividad de todos los hombres del Emperador.

- Ese incidente no volverá a ocurrir – concluyó tajantemente el capitán.

El grupo se percató perfectamente de que el incidente de Taman había puesto en evidencia la efectividad de la guardia que el capitan Leidan de Ken lideraba, y por lo tanto su capacidad para hacerlo. Y esto no era en absoluto de su agrado.

- Grandes medios para proteger una gran ciudad como Belthalas –añadió la anciana intentando suavizar la situación

- Así es, la ciudad y el emperador deben estar a salvo – el capitán no parecía satisfecho.

- Toda protección es poca hoy en dia... – las miradas del grupo se cruzaban mientras Alda hablaba -. Cuanto mas segura sea la ciudad, más seguro se mantendrá el bosque. Me alegra que el Emperador cuente con tantos hombres

- Hace unos dias contaba con muchos mas – el tono irónico de Leidan hizo fruncir el ceño de Angeldust.

Aún no habían alcanzado la puerta del edificio principal cuando unos extraños gritos obligaron al grupo a girarse hacia la entrada. Una pequeña figura que cruzaba el patio a toda prisa en dirección a la entrada había chocado con uno de los guardias.

- ¿Esa no es Duryan? – murmuró Gilgamesh a Angeldust.

La pequeña gnoma se fue abriendo paso entre los guardias imperiales corriendo directa hacia el grupo. Sus cortas piernas hacían casi cómica la carrera.

- El siguiente que sirva de cena a los dragones del establo – dijo con voz autoritaria al guardia imperial de mayor rango que les acompañaba.

El grupo se miró con preocupación, temiendo por la pobre gnoma que comenzaba a subir la escalinata hacia ellos. Cuando Duryan alcanzó la altura del grupo, Gilgamesh y Angeldust la miraron reprochandole su temeridad, mientras Alda la daba un pequeño codazo de reprobación.

- Perdonadla... -dijo rápidamente Alda – ella... es mi...trae mis medicinas.

Leidan se giró elevando una ceja hacia la anciana. El guardia imperial asintió y se retiró a dar instrucciones al resto de los hombres.

- Lo sé, me referia al guardia que la dejó pasar –y volviendose hacia la entrada al edificio principal, las puertas se fueron abiertas por un ujier -. Entremos.

Las puertas daban acceso a un amplio recibidor decorado con impresionantes tapices. Varias lámparas de aceite iluminaban la estancia dándole un toque cálido y acogedor. El el suelo, una gran alfombra con el escudo del Emperador dejaba claro dónde te encontrabas.

- Bienvenidos a la residencia del Emperador - dijo el capitán Leidan levantando los brazos.

A la entrada del grupo se levantó un pequeño revuelo de sirvientes correteando por la casa. Varios de ellos se acercaron ofreciendo guardar las ropas de abrigo.

- Es tarde Capitan, preparo el comedor para la cena? – preguntó el ujier.

- Si, tomaremos algo después – dijo Leidan.

- Perdón.. después de que?? – la recién llegada parecía ajena a la situación. Tan sólo un nuevo codazo de Alda la obligó a guardar silencio

- Será un placer cenar junto a vos y Lord Seldar – añadió rápidamente Alda, mientras Gilgamesh asentía forzosamente.

El capitán Leidan hizo un gesto con su mano al ujier y éste desapareció tan raudo como había aparecido. Sin mediar palabra el capitán abrió la puerta de una amplia estancia con una mesa redonda en su interior. Camino hacia su interior mientras se retiraba uno de sus guantes, y tomó asiento en una de las sillas con el símbolo personal de la casa Kren grabado en la madera.

- Sentaos, por favor




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Esta escena pertenece a Las Fronteras de Belthalas. Puedes ver el índice en el enlace.