(ROL) Rindiendo cuentas a La Mano VI

[Iridal]

Fecha: 5 de noviembre de 2007
PJs: Jeraen y Natalie

Introducción: Incluso desde el aire, y aunque los modos de los reunidos en el pequeño campamento simulaban una fingida tranquilidad, se notaba la hostilidad y temor que emanaban los presentes. Así que cuando Jeraen se dio cuenta de que había sido descubierto al ver al Hermano señalar al cielo, sintió las escasas probabilidades de éxito de aquel plan.

Minutos después de que MidNight y Angeldust hubiesen traspasado las puertas de acero escoltadas por los asesinos, el maiar descendió hasta el suelo en un lugar seguro y con cuidado de no ser descubierto se internó en los túneles…una maraña indescifrable de caminos se extendía frente a él, habría de ser precavido, puesto que no descartaba la existencia de trampas o guardias no-humanos.

Oculto bajo un hechizo de invisibilidad y seguido por el pequeño dragón se internó el laberinto con cuidado de escoger la opción correcta. No se detuvieron hasta que el pequeño animal tras olisquear algo, empezó a hacer graciosos ruidos guturales y a aletear alegremente.

- Sssshhhh, nos descubrirán.- le advertía Jeraen intentando callarle y tranquilizarle, pero el dragón se sentía cada vez más alterado por el suave goteo apenas audible por los humanos- ¡Estate quieto de una vez!

Fue el brillo de unas pupilas conocidas y el reflejo de una daga, lo que hizo al maiar suspirar aliviado.

- Menos mal que eres tú...- confesó mientras el dragón revoloteaba feliz alrededor de Natalie.
- Ehhhhhhhhh! ¿Qué es eso?- preguntó la semidragona curiosa.
- Es una cría de Shrueder. No puedo dominar uno más grande aún…
- ¿De los de Niruk? Vaya y ¿qué hace aquí?
- Tenía que seguir a Angeldust y al Hermano pero se internaron en estos túneles.

Fue en ese momento, cuando contra todo pronóstico Natalie anunció estar allí por el mismo motivo que le propio Jeraen: recuperar de la dragona y a la montaraz de manos de los asesinos. Ella había estado curioseando disfrazada de elfa oscura por el Gremio, y gracias a la fanfarronería de sus integrantes, no tardó en averiguar lo que había sucedido.
Fue el sonido de rápidas pisadas y el entrechocar de armaduras provenientes de un pasillo cercano, lo que les llamó la atención.

- Seguro que se han metido en problemas.- aseveró el maiar- Afila tus dagas, las vamos a necesitar.

Aunque no fue necesario, ya que la semidragona corría a su lado preparando sus armas para atacar.
“¡¡Nos atacan!!” fue el gritó que retumbo en el salón, cuando los dos atravesaron las últimas puertas.



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Esta escena pertenece a Las Fronteras de Belthalas. Puedes ver el índice en el enlace.