Participantes Durgeoble, Guardianes del destino(pnj)
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Los Yermos Helados
La meseta se extiende durante millas a tu alrededor, aunque tu vision esta
limitada por nubes de nieve levantada por fieros vientos, y oleadas de
aguanieve que caen desde el encapotado cielo. Puedes perfectamente ir dando
tumbos hasta dar ciegamente con un peligro mortal y no darte cuenta hasta ser
demasiado tarde, en este infierno blanco.
El oso polar avanzaba pesadamente, numerosas heridas surcaban su gruesa piel sin embargo la sangre se habia helado antes siquiera de salir.
El oso polar alzo la cabeza y giro ligeramente como siguiendo una señal que solo el pudiese ver, los fuertes vientos lo azotaban retrasando su marcha, tropezo con alguna piedra enterrada en la nieve, y cayo, a duras penas el enorme animal se levanto y siguio avanzando.
Un Destino Solitario
Caminando pesadamente a traves de la gruesa nieve, te das cuenta que tu
resistencia esta flaqueando incluso mas rapido que tu moral. Decides sentarte,
solo un minuto, solo un pequenyo descanso. Nunca te vuelves a levantar. La
nieve cubre rapidamente tu inconsciente forma.
El cuerpo del oso empieza a menguar rebelando la forma de Durgeoble.
Un fuerte brazo penetra en la nieve, de un solo tiron saca a Durgeoble del monton de nieve, el gigante sujeta el cuerpo inerte como si de un bebe se tratase mientras se aleja.
El enorme dragon rojo lanzo una llamarada desafiando el frio y las heladas corrientes, la nieve se fundio ante el esplendor del fuego, tan solo unos instantes despues una pequeña cueva de hielo se habia formado, el dragon entro en ella llevando a Durgeoble en una de sus garras.
Habia encontrado pocas pistas en Calimhar sobre el origen de las armas de los merodeadores, quizas la unica y mas importante era lo necesario para su elaboración , el fuego frio, habia descartado los paramos yermos de mahn'tor, pues las contantes travesias de mercaderes y otros visitantes a la fortaleza minotaura quitaban la posiblidad de haber realizado tal cosa sin ser descubiertos, asi que me dirigi a los inhospitos glaciares del legado, casi de inmediato note un rastro magico conocido, desemvolvi el arma un momento, la magia coincidia, volvi a guardar el arma y me dispuse a seguir el rastro, recite un conjuro magico tranformandome en oso, ello me ayudaria a soportar las extremas temperaturas del lugar.
Avance durante dias siguiendo el rastro magico, adentrandome cada vez mas en los terribles yermos helados, dejando rastros que me permitieran regresar a pesar de las tormentas de nieve.
Fue en el undecimo dia cuando me vi atacado por una hueste de hombres salvajes, de inmediato saque mis armas y me dispuse a defenderme, sendas bolas de fuego acabaron con un par de ellos, chillando en llamas
con una rapida finta degolle a un tercero y con un conjuro acabe con otro mas, aprovechando el momento de respiro puse mi mano en el suelo y recite unas palabras, el terremoto se hizo sentir con fuerza grandes grietas se abrieron tragandose a montones de ellos, sin embargo parecian llegar mas y mas a cada momento, al menos durnate el terremoto habia tenido tiempo para prepararme un poco mejor, habia adoptado de nuevo la forma de oso y conjurado las protecciones mas basicas para poder luchar en condiciones .
Golpee a los salvajes uno tras otro, atacaban sin ningun orden ni estrategia, simplemente aprovechando su mayor numero, saque una daga magica, recuerdo de la torre de hechiceria, la daga brillo tenuemente en mis manos mientras su poder se hacia latente, afortunadamente tener envenedadas ambas armas ayudaba, tan pronto heria un salvaje este caia a los pocos instantes entre temblores, la daga magica era mas terrible todavia, cuando golpeaba con ella la muerte era instantanea, aun asi poco importaba que las bajas fueran numerosas, cada vez que acababa con un salvaje otro lo reemplazaba, yo empezaba a cansarme y el escudo magico no aguantaria mucho.
Una bola de fuego impacto sobre otro salvaje,la fortuna me sonrio pues a pesar de no llevar demasiada ropa la proximidad entre ellos hizo que el fuego se extendiera mi alegria duro poco pues un agudo dolor en el brazo me indico que el escudo habia desaparecido, un pinchazo en el costado provocado por una lanza lo corroboro, lo siguiente fue todo un borron de intercambio de golpes y estocadas, al parecer los salvajes se habian animado al herirme y atacaban con fuerzas renovadas, fuerzas que a mi me empezaban a faltar, solo tenia una oportunidad, solo una, abandonando el combate puse de nuevo la garra en el suelo, los salvajes no desaprovecharon la oportunidad y pude sentir sus armas hendiendo mi carne, ignorando el dolor pronuncie con fuerza las palabras magicas, la tierra y el hielo estaban debilitadas por el anterior terremoto, esta vez cedieron ante los potentes temblores, el suelo cedio y los salvajes empezaron a gritar y correr, futil intento, inmediatamente quede suspendido en el aire, afortunadamente me habia procurado la opcion de volar, me dirigi como pude a una zona estable, no se veian salvajes por ningun lado aun asi intente alejarme lo mas posible, despues de un par de horas vagando sin que hubiesen reemprendido el ataque localice de nuevo el rastro magicosegui la direccion del mismo, al poco tropece con algo, cai, me volvi a levantar y avanace, buscando algun tipo de refugio o algo, no me quedaban fuerzas para crear un refugio en medio de la tormenta asi que avance, al poco mis fuerzas alcanzaron el limite y cai de nuevo, el frio se apodero de mi.....
Abres lentamente los ojos.
Un fuego crepita caldeando con fuerza la estancia.
Una elfa totalmente desnuda esta aqui, cocinando algo.
Intentas levantarte pero no puedes
Una elfa dice 'tranquilizate tendras que recuperarte primero'
Una elfa dice 'ademas tengo muchas cosas que contarte'
Una elfa se dirige a durgeoble con un cazo
Una elfa dice 'Toma bebe un poco, te sentara bien'
Bebes sopa del cazo
Una elfa dice ' la mano no sabia nada, simplemente era una precaucion que tomo'
dices 'entonces tubimos mala suerte'
Una elfa dice 'algo mas que mala suerte'
Una elfa dice 'la mano no me parecio tan inteligente cuano la observe'
Una elfa dice 'la mano es solamente una cabeza de turco, alguien visible'
Asientes con tu cabecita
En poco tiempo la elfa pone al corriento a Durgeoble de lo sucedido
dices 'Pobre hans'
Dices 'desde luego ese chico tiene mala suerte'
Dices 'Puedes ayudarle'
Una elfa cierra los ojos un momento.
Una elfa dice 'no, lo sentimos, no debemos hacer nada'
Dices 'fue una suerte que me encontraras
Una elfa mira divertida a Durgeoble.
Una elfa dice '¿Suerte?'
Una elfa se acerca seductoramente a Durgeoble
Una elfa pone su cara a escasos centimetros de la de Durgeoble
Una elfa dice 'La suerte no tiene nada que ver'
Una elfa dice 'Podemos encontrarte en cualquier sitio, en cualquier momento'
Una elfa dice 'Siempre sabemos donde y como estas'
Una elfa se aleja y mete la mano en el fuego.
Una elfa saca algo del fuego
Una elfa le da un trozo de carne asado a Durgeoble
Te comes un trozo de carne asada
Observas la mano de la elfa, totalmente impoluta
Dices 'Taman que tiene que ver con esto'
Una elfa dice 'no lo se, pero no esta al margen, y es poderoso'
Dices '¿puedes averiguarlo?'
Una elfa dice ' por supesto, pero no hasta que te recuperes, y te acompañaremos hasta que estes a salvo'
Asientes con tu cabecita
Una elfa dice 'y deberias dejar de referirte a nosotros en singular.....'
Partimos en busca de la forja, los salvajes volvieron a atacar, no llegue a sacar las armas, no me dio tiempo, en medio de un mar de cuerpos sin vida se alzaba una elfa desnuda, su cuerpo impoluto, sin una mancha, no le afectaba ni las heladas corrientes ni el frio, ni nada conocido en este mundo, terrible y terrorifica como la misma muerte pocos conocen el verdadero poder y aun menos son capaces de relacionarlo con algo tan fragil
Una elfa te mira
Una elfa sonrie alegremente
Una elfa dice '¿seguimos?'
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Esta escena pertenece a El Gremio de Asesinos. Puedes ver el índice en el enlace.
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Esta escena forma parte del preludio Guardianes del destino
